Podría considerarse una medida racional, la reciente ley tomada por el Gobierno de la Revolución Ciudadana a través de los Ministerios de Salud Pública y de Agricultura y Ganadería, con la que "prohibe tener como mascotas a perros de raza Pit Bull y Rottweiler por el potencial daño y severidad de lesiones que pueden causar ante un ataque al ser humano. Se incluyen también sus mestizos, resultantes del cruce con otras razas caninas".
Sin embargo, y lamentablemente, más rápido es crear leyes -que sugieren prohibiciones- en lugar de implementar programas de concienciación y educación a la ciudadanía. Obvio, hacer esto generaría más costos, pero imponer leyes sin ir más allá es también un reflejo de autoridad con ignorancia. Son de hecho muy lamentables los acontecimientos que involucran a perros y personas atacadas, incluso de muerte, por ellos. Sin embargo, los responsables somos nosotros. Existe mucho descuido y desconocimiento en cuanto a las razas genéticamente propensas a la agresividad. Pero mucha más agresividad la hay en quienes, ya sea por problemas patológicos en los que se halle placer en la muerte o 'necesidad económica', continúan en el 'negocio' ilegal y por demás cruel de las peleas de perros. Y la ley para ellos? Quién habla sobre las ilegales peleas de perros, de las que las autoridades también conocen? Estoy casi segura de que debe haber alguna ley al respecto, y lo voy investigar más a fondo, pero la ley también es ciega, sorda y muda cuando le place.
En un post bastante largo, pero pertinente. No seguiré hablando yo, sino que prefiero dar paso a los estudios.
"¿Por qué son agresivos algunos perros?
Según M.V. Rubén Mentzel, docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la U.B.A. - Buenos Aires - Argentina y especialista en comportamiento animal, la agresividad en los perros ha de entenderse, en términos generales, como un conjunto de factores entre los que se encuentran los ambientales, genéticos, individuales, fisiológicos, motivacionales, instrumentales y hasta patológicos. Como consecuencia de este fenómeno, se puede encontrar distintos grados de violencia canina que deberán ser tratados por especialistas de formas diferentes.
La agresividad es una conducta natural de los perros que permite regular las relaciones entre los miembros de una manada, y entre éstos y los otros animales. En el entorno doméstico esto se puede convertir en un problema que dificulte la convivencia del animal con las personas.
Los problemas de agresividad son el principal motivo de consulta en relación con los problemas de comportamiento, ya que supone una gran preocupación para los propietarios de animales. A esto hay que sumarle que los accidentes más graves y habituales los sufren los niños, lo que hace imprescindible que se tomen medidas al respecto.
Los más pequeños de la casa suelen ser las víctimas más frecuentes y la explicación que los expertos dan a este fenómeno es que los menores no son realmente conscientes de las amenazas previas al ataque de un perro. Un conocimiento del lenguaje corporal de los canes puede evitar muchas veces un ataque. Esto mismo ocurre en los casos en los que la agresividad va dirigida a los miembros de la familia por conflictos de tipo jerárquico. En estos casos es de vital importancia conocer cómo se establece la jerarquía en una manada y las reglas que la mantienen en armonía para evitar este tipo de agresividad.
Aprendizaje y genética
Los comportamientos provienen principalmente del aprendizaje. Pero no se puede olvidar que un porcentaje, aunque pequeño, proviene de la herencia genética. Lo mismo sucede con la actitud violenta, diferente según las razas. Debido a esto, y a que la agresividad se ha convertido en un problema de salud pública, sería necesario controlar la tenencia de algunas razas, que es lo que ha intentado el gobierno español a través de un Decreto Ley.
Y es que, ante el estado de alarma que se ha producido debido a este tipo de sucesos, las autoridades han aprobado recientemente una ley sobre tenencia de animales potencialmente peligrosos, estableciendo un catálogo de razas de perros considerados como tales. En dicha disposición también se enumeran los requisitos para la obtención de licencias administrativas y medidas de seguridad exigibles para su manejo y custodia.
Por otra parte, considerando el componente de aprendizaje, puede decirse que la agresividad es culpa del propietario. Sin embargo, esto sólo es así en el caso de los perros que han recibido un adiestramiento específico para potenciar su agresividad.
Perros de pelea
El entrenamiento al que se someten los perros utilizados para las peleas ilegales comienza a los tres meses de vida, alcanzando la madurez para la lucha a los dos años. El proceso degenerativo es duro. El perro, generalmente de conducta noble, es maltratado para que odie al mundo. Se les adiestra para matar comenzando a atacar los puntos débiles del rival: las patas y el hocico. Es habitual que para el entrenamiento se les ate a un coche y se les obligue a correr con el fin de que fortalezcan las piernas; se les hace la noria, consistente en perseguir un trozo de carne que gira en círculo; o la goma, método con el que el perro salta y se queda en vilo, mordiendo un objeto y girando sobre sí mismo en el aire para reforzar la mandíbula.
En España siguen proliferando las peleas clandestinas que acaban con sus vidas y enriquecen a sus propietarios. En Francia se comienza a legislar contra ellos. La perrofobia llega ahora en forma de un proyecto de ley y se debate en el país vecino. Con él se prohíbe la venta, la cesión e importación de perros de ataque. Para los adiestradores, medidas políticas como las que se van a implantar en Francia para los próximos diez años carecen de toda base científica y parten de un supuesto equivocado: la existencia de genes violentos de por sí.
No obstante, en la mayoría de los casos, los perros con problemas de agresividad no han sido entrenados, y pertenecen a un entorno familiar normal. En el origen de la agresividad intervienen numerosos factores como ya hemos dicho, y no hay que culpabilizar innecesariamente a los propietarios. Aunque su actuación no haya sido la más adecuada, hay que recordar que el propietario no es un técnico y que no ha recibido la información apropiada por parte de los que sí lo son.
Prevención
Los problemas de agresividad se pueden prevenir siempre y cuando se consideren tres aspectos fundamentales que todo nuevo propietario deber conocer.
El primero de ellos hace referencia a la cría y socialización del cachorro. Es importante que exista un control serio de los criadores de perros, y que éstos sean verdaderos profesionales que conozcan perfectamente los puntos críticos del desarrollo comportamental del cachorro, ya que son el origen de múltiples trastornos del comportamiento. Es importante evitar destetes prematuros por debajo de las siete semanas. Hay que garantizar también un adecuado contacto del cachorro con las personas, tanto adultos como niños, y con otros perros durante el periodo de socialización.
El segundo punto tiene relación con la utilización del castigo y la recompensa. Es importante aprender a premiar y reprender de manera correcta la conducta del perro, el castigo no debe ser físico y debe aplicarse sólo si el animal es sorprendido en el acto.
El tercer punto se refiere al diagnóstico precoz de los problemas de agresividad. Cuanto antes se detecte, más sencillo será tratarlo y controlarlo. Aquí interviene tanto el propietario, que debe hablar del comportamiento de su perro al veterinario en las distintas visitas.
El veterinario debe informarse, asimismo, de la conducta del cachorro, ya que el propietario no siempre va a saber reconocer los primeros signos de agresividad y sus consecuencias en el futuro. En cualquier caso, para evitar situaciones fatales, es fundamental recibir información sobre la raza con la que se va a convivir y cuál es el tipo de educación que necesita. No olvidemos que un perro equilibrado y bien educado puede ser la mejor compañía para la familia."
Aunque no son monstruos, ni son experimentos genéticos descabellados como afirman algunos, sí hay que tener un poco de cuidado, mas bien informarse, antes de elegirlos como mascota.
Al tratar de formarse un juicio objetivo sobre el Pit Bull Terrier nos topamos con distintos factores, el primero de ellos es la poca uniformidad entre los ejemplares, lo cual hace que veamos a algunos muy diferentes de otros; el segundo es que, independiente de la nobleza o no de una raza, el Pit Bull Terrier ha sido víctima de la moda, por lo tanto, ha tendido a caer muy seguido en muy malas manos; otro factor es su historia, la cual le desfavorece; pero, cuidado, su historial de violencia siempre fue hacia otros perros, no hacia humanos.
Ese punto es importante, y es que para que se pudieran manipular, aun encolerizados, los Pit Bull Terrier no debían morder a los presentes ni a quienes los manipulaban, y los ejemplares que lo hacían, muchas veces eran sacrificados.
No podemos desconocer que lo que ahora condenamos en el Pit Bull Terrier (su agresividad con otros canes), fue su razón de existir en otra época. La crianza selectiva lo llevó a ser un formidable luchador, y por algo sigue siendo utilizado en los círculos de peleas clandestinas, porque muchos ejemplares actuales aún lo son, cosa que no se daría si no hubieran heredado ciertas características de sus antepasados.
La efectividad del Pit Bull Terrier en las arenas no se debe sólo a sus grandes capacidades atléticas y poderosa mordida, es producto de ciertas características mentales como, por ejemplo, un gran valor, una gran tolerancia al estrés y al dolor, y además, la pérdida (en algunos ejemplares) de ciertas conductas sociales naturales de los cánidos , como el dejar en paz al perro que ya se ha sometido y los rituales previos al ataque.
Es cierto que los rasgos que se no se utilizan en mucho tiempo se van perdiendo, y así ha sucedido con muchas familias de pits, que hace largo tiempo están alejadas de las peleas. En estos casos podremos suponer que el factor genético pesa poco, pues las riñas de perros han dejado de ser algo masivo hace muchos años, pero lamentablemente no podemos decir lo mismo de muchos perros que siguen siendo utilizados para combate, y mantienen a ciertos grupos con las indeseables características de sus antepasados.
Basándose así en el factor genético, podríamos dividirlos en dos grupos completamente diferentes.
Hay quienes dicen que en la constante selección de perros agresivos, se repitió mucho la cruza de los ejemplares que venían enfermos con trastornos de conducta, como por ejemplo con deficiencias en la recaptación de serotonina (un neurotransmisor), por lo que los ejemplares de esta raza podrían tener mayor posibilidad de heredar estas alteraciones, sólo cuestión de probabilidades.
Como sea, actualmente muchos ejemplares de Pit Bull continúan obteniendo victorias en las peleas, recordándonos que su pasado no está del todo olvidado. Sería absurdo creer que su temperamento no esté adaptado a su función, y esto se aplica también, por otro lado, a la enorme cantidad de perros que llevan varias generaciones siendo usados como simpáticos forzudos de compañía. Independiente de la raza, no podemos olvidar su historia, en este caso dividida.
Por supuesto el factor entorno continúa siendo el mas importante, pero independiente de la buena intención del dueño y de lo dócil que puede ser el perro en condiciones normales, no se puede dejar de tener cuidado en la procedencia de su Pit Bull. Hay que asegurarse de que no descienda de padres de pelea, donde aún tenderán a nacer con características sociales alteradas, que si bien, pueden ser corregidas con éxito, supondrán mayor cuidado en la crianza."
3 comentarios:
Los animales no tienen la culpa del maltrato fisico y psicologico al q estan expuestos y por ende da como resultado una mascota agresiva y temerosa de los humanos.
esta nueva ley no soluciona nada.
saludos a todos los integrantes de FADA.
atte.
HEIDY
P.D. anuncien a traves del Blog las reuniones futuras q tengan.
Hola Heidy,
gracias por visitar el blog.
Respecto a las reuniones, son todos los sábados a las 4y30pm en el Grand Hotel Guayaquil, salón Buenavista.
Saludos
Una violación a la libertad de las personas a tener la mascotan que quieran. Debería darse una concientización de que estas razas no son agresivas por naturaleza, sino que al contrario si se los cría adecuadamente, son una excelente compañía para los niños.
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